Barcelona – Doha. 1 de agosto

Comenzamos mal el día, pues justo cuando salíamos de casa a buscar dinero al banco, a las 10:30, me dejé la llave puesta en la puerta por dentro y nos quedamos sin poder entrar. Por suerte estaba casi todo listo para irnos. Migue llamó al RACC y en una hora vino un cerrajero y nos abrió. Preparé unos bocatas de pollo para comer y  cerramos las maletas y a la 13:00 salimos hacia el aeropuerto en el metro. Llegamos a las 14:15, facturamos muy rápido y dimos una vuelta por las tiendas hasta la hora de embarque. El avión era bastante grande y fuimos en la fila 42, casi al final del todo. El vuelo a Doha fue tranquilo y nos dieron un aperitivo de frutos secos que terminaron en el suelo cuando Migue abrió su paquete. Un poco más tarde nos dieron comida y a mi se me derramó la Fanta encima, estaba claro que teníamos un mal día.

Vimos una película y luego de siete horas aterrizamos en Doha. Desde el avión nos llevó un bus hacia la terminal de salidas y estuvimos recorriendo las tiendas hasta la hora de facturar.  Parecía que cambiaba nuestra suerte pues después de muchos vuelos por fin nos cambiaron de clase económica a primera clase. Sólo sentarnos nos preguntaron tres veces qué queríamos tomar. Nos dieron un pijama, la manta, un neceser y nos pusimos a ver la tele y a disfrutar del espacio y del masaje que daba el asiento. La cena estuvo bien aunque yo me pedí noodles y Migue se pidió sushi que estaba mucho mejor. Migue se durmió y yo termine de ver la película. Cerca de las tres de la mañana me preparé la cama; dándole a un botón se convertía el asiento en cama, con la mala suerte que olvidé el iPad en el costado y terminó aplastado e inservible. Cuando reaccioné y vi el desastre desperté a Miguel y me entró un ataque de llanto y desesperación.

Además del valor del iPad, en él tenía toda la información del viaje, las reservas, las guías, la ruta, todo, absolutamente todo perdido.

Después de esto dormir se me hizo difícil y estuve dando vueltas en la cama. Apenas probé el desayuno pues el estómago se me cerró. Sólo recordaba el nombre del hotel y vagamente dónde estaba ubicado. 

Las últimas horas del vuelo las dedicamos a buscar soluciones: dormiríamos una noche más en Tokio para organizarnos, compraríamos una guía de Japón y mapas.

En cuanto tuviéramos wifi descargaríamos todos los archivos desde mi correo, incluida la ruta, buscaríamos la dirección del hotel y continuaríamos el viaje.


Comentarios

  1. Hola! Como bien sabes soy una gran seguidora de tus blogs. Empiezo la lectura de tu blog de japon con una gran ilusión! Gracias por compartir tus experiencias viajeras con todos tus bloguers!! ;)

    ResponderEliminar
  2. Hola Anonymous!!! espero te lo pases bien en esta ruta japonesa. Hay muchos días por delante y muuuuchas aventuras por contar. :P

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Shin Osaka - Nara - Hiroshima. 16 de agosto.

Numazu – Monte Fuji. 21 de agosto.

Tokio. 26 de agosto.