Hiroshima - Miyajima. 17 de agosto.

Hoy no tenemos prisa en levantarnos porque no tenemos que preparar las maletas ni abandonar el hotel, nos quedaremos otra noche más. Bajamos a desayunar y salimos hacia Miyajima, una pequeña isla cerca de Hiroshima. Cogimos el tren que en media hora nos dejó en Miyajima-guchi y desde allí embarcamos en un Ferry hacia la isla en un trayecto de diez minutos. Desde el Ferry se veía la gran Tori roja que está en el agua, pero la marea estaba baja en ese momento y se podía caminar hasta ella. En la parte de las columnas que queda bajo el agua hay cientos de moluscos y la gente inserta monedas entre las conchas que están allí pegadas.

En esta isla está el santuario sintoísta Itsukushima, justo encima del mar, por lo que hay que visitarlo caminando sobre unas pasarelas. Habíamos leído que con la marea alta parece flotar sobre el mar, pero nosotros no tuvimos esa suerte. Este templo fue designado Patrimonio de la Humanidad junto con buena parte de la isla.

Visitamos la sala del tesoro del templo con trajes de samuráis, catanas, pinturas y libros escritos en rollos de papel. Seguimos callejeando por la isla donde también caminan libremente los ciervos, viendo los mercadillos, un templo en la montaña y una pagoda de cinco pisos.

Volvimos a la estación de Hiroshima y nos subimos en el tranvía hasta el Parque Memorial  de la Paz.

Sólo bajarnos encontramos el Domo de la bomba atómica, uno de los pocos edificios que quedaron en pie y que se han conservado para la memoria histórica. Fue construido en 1915 y era el salón de promoción industrial de Hiroshima. Cruzando el río entramos al parque con la Llama de la Paz que arderá hasta que desaparezcan las armas nucleares, el Cenotafio en memoria de todos los muertos, el Reloj de la Paz y los monumentos a los estudiantes y a los extranjeros que murieron.

Entramos al museo y estuvimos cerca de tres horas recorriéndolo. La visita es impresionante pues están expuestas las pertenencias de las víctimas: un reloj que se paró en la hora del suceso, ropa quemada, cajas de metal que los niños usaban para llevar la comida, bolsas y muchos objetos que conforman una colección de 21000 piezas. Se pueden leer las historias de las personas que sobrevivieron y muchas fotos del momento en que ocurrió.

Al final de la visita hay unos libros con fotos y dedicatorias de las personas importantes que han estado allí, entre ellas encontré la visita de Fidel en el año 2003.

Cerca de las cinco de la tarde salimos hacia el Castillo, que queda a unos quince minutos de allí y nos paramos brevemente en el centro comercial Sogo para ver una representación de caligrafía gigante.

El castillo está totalmente reconstruido pues no sobrevivió al estallido de la bomba y se ubica dentro de un parque rodeado por un foso de agua. El santuario Gokoku está al lado del castillo pero no entramos porque estaba cerrado. Subimos al castillo con su exposición de catanas, trajes de samuráis y fotos con la historia de la construcción en el siglo XVII y su reconstrucción después de la bomba atómica. Tiene cinco plantas y desde la última se ve una panorámica de la ciudad.

Salimos casi a las seis de la tarde, cuando ya cerraban. Entramos al centro comercial Sogo buscando algún restaurante pero ninguno nos convenció y decidimos volver al hotel. Después de tantos días se nota el cansancio así que volvemos en tranvía hacia la estación.

Llegamos al hotel, nos duchamos y salimos a cenar pasadas las ocho de la noche en un restaurante de la estación donde hacían okonomiyake, un plato típico de esta región, formado por tortillas, col, brotes de soja, fideos, calamar, cerdo, camarones cocinados a la plancha. Migue se comió uno y yo pedí yakisoba, que es un plato que conozco del restaurante Udon de Barcelona, y no había comido aquí. Son espaguetis fritos en la plancha con verduras y carne de cerdo. El plato de Migue estaba potente, pero yo después de todo el día de ayuno, me quedé con hambre, así que fuimos al Lawson a comprar bolitas de pollo frito y de ahí al hotel a decidir qué haríamos los siguientes días.




































Comentarios

  1. El Minion Viajero2 de abril de 2014, 19:39

    Que bonitas fotos Nivea!!

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    1. El Minion Viajero2 de abril de 2014, 19:40

      Perdón!! Me confundí Nivia!! :)

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    2. si me llamara Nivea seguro encontrarían más rápido el blog. ;)

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