Hirosaki - Hiraizumi - Shin Shirakawa. 10 de agosto.

Teníamos previsto salir en el tren de las 8:55 a Hiraizumi, así que nos levantamos con tiempo para desayunar en el hotel, el desayuno japonés que está incluido en el precio: arroz, albóndigas, ensalada, zumo, café y pan con mantequilla. Con esto aguantamos hasta la cena.

Hicimos dos transbordos de tren hasta Hiraizumi y llegamos a las 12:29. Esta pequeña ciudad fue una de las mas ricas de Japón bajo la influencia de la familia Fujiwara y llegó a rivalizar con Kioto en el siglo XII, por lo que en 1189 Minamoto Yoritomo la mandó a arrasar.

Cogimos un mapa en la oficina de turismo y caminamos hasta el primer conjunto de templos después de dejar las maletas en la estación. Los monumentos de esta ciudad son de finales de los siglos XI y XII y fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en el año 2011.

Visitamos el Motsu-ji, fundado en el 850. Es famoso por su jardín, uno de los pocos ejemplos de estilo Jodo o tierra pura, el paraíso que sigue a la concepción budista. Recorrimos los lagos, el jardín japonés y los restos arqueológicos de pequeños templos, además de un museo por 500 yenes.

Siguiendo un camino de montaña llegamos al monte Kinkuisan. Esta colina sagrada de casi 100 metros se ubica justo en el medio de los templos Motsu-ji y Chuson-ji y fue usada para diseñar la ciudad con los principios del budismo.  En la cima había una pequeña tumba.

Bajando la montaña llegamos al templo Chusonji . Fundado en el año 850 en medio del bosque, estaba formado por unos cuarenta edificios, pero la mayoría fueron destruidos por los incendios y las guerras. Visitamos el Hondo, otros pequeños templos en la montaña y finalmente llegamos al Konkijido o pabellón d oro, un templo recubierto de pan de oro que está dentro de un edificio que lo protege del paso del tiempo. Entramos en el museo con más de 3000 objetos y luego al templo, pero no se podían hacer fotos.

A unos pasos de allí está el Kyozo, una biblioteca de sutras construido en 1122 para albergar los sutras budistas que actualmente se conservan en otro edificio, el Sanzoko.

Entramos al templo original que cubría el Konkijido, en el interior una columna de madera mostraba el lugar original del pabellón dorado.

A las 15:30 terminamos la ruta y nos fuimos andando a la estación. Compramos patatas, agua, recogimos las maletas y cogimos el primer tren que nos llevaba a Ichinosaki y desde allí tomamos otro hasta Sendai. El último tren pasó por Fukushima, donde aproveché para hacer una foto del andén. Finalmente llegamos a Shin Shirakawa donde teníamos reservado el hotel Toyoko.

Hicimos el checking y salimos a cenar. En esta ciudad hay poco movimiento cerca de la estación, así que caminamos un rato hasta llegar a un sitio con más restaurantes. Entramos en uno donde hacían ramen, que son fideos gordos con sopa. Estaba lleno de japoneses, una buena señal. Pedimos dos cuencos de ramen y la camarera estuvo practicando su inglés con nosotros. Nos sentamos en el suelo pues las mesas eran bajas, muy típico de Japón. Volvimos al hotel, ducha y dormir.
























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